En América Latina, ser pobre y querer vivir bien es delito

Karl De Negri
Tw: @DeNegriK

Las batallas ganadas en últimos meses por las movilizaciones masivas en Nuestra América.

Parece que estamos frente a un otoño de movilizaciones sociales de una importancia trascendental porque representa el nivel de hartazgo de la gente frente a sus representantes “democráticos”.

Ecuador: indígenas vs decreto 883.

A partir del 2 de octubre, vimos cómo pueblos originarios en Ecuador se sumaron a las exigencias de las protestas masivas en contra del presidente Lenín Moreno, por haber presentado y respaldado las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) mediante el decreto 883 en donde se eliminaba el subsidio del gas y gasolinas por parte del gobierno.

Lo que esto representa primero es el nivel involucramiento de mecanismos internacionales sobre las políticas internas de cada país, al grado de atentar contra las necesidades de la gente. Pues, su capacidad de presionar a un gobierno por préstamos. Y segundo, la traición que representa que un presidente, sea de la corriente política que sea, le dé la espalda a las necesidades del pueblo. La gente que votó, que confió en esa persona para ser su representante popular.

Esa traición se ve entonces clara ante el servicio de quién se encuentra el presidente. Notoriamente, al de los grandes bancos internacionales.

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¿Cuál es el problema? Los precios de la vida se disparan abruptamente, los transportes se encarecen junto a los alimentos, pero los sueldos no son impactados por estas “estrategias del FMI”. Moreno decidió trasladar su gobierno a la ciudad de Guayaquil, capital económica (internacional) de Ecuador. Misma ciudad que mostró su lado más cruel, con medios de comunicación racistas, y con la gente en contra de quienes siembran y alimentan a todo el Ecuador, los pueblos indígenas.

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La respuesta de los movimientos que se dieron fue la represión por parte de las fuerzas policiales y militares, sin embargo, miembros de estas corporaciones se sumaron a las protestas acompañando a la gente. Esto logró la revocación del decreto 883 el día 14 de octubre.

Chile: jóvenes vs alza al transporte público.

Jóvenes estudiantes desde secundaria, medio superior y superior, han sido protagonistas de la evasión masiva del pago del metro por el alza anunciada hace unos días Sebastián Piñera, presidente de Chile. Mismo que después de las movilizaciones masivas invocó la ley de seguridad de Estado, que en resumen es lanzar a los militares hacia las calles para reprimir las manifestaciones. La excusa parece ser que tienen miedo de seguir avanzando con las políticas a favor de las empresas privadas.

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Recordemos que el estado chileno viene de un pasado de dictadura militar con Pinochet a la cabeza, y que fue el laboratorio del neoliberalismo en América, que después se exportó a otros países.

Los militares y carabineros han agredido severamente a las y los jóvenes estudiantes, disparándoles a quemarropa balas de perdigones, y aprehendiéndoles.

Sin embargo, la gente chilena ha apoyado y legitimado los movimientos de estudiantes principalmente con cacerolazos después de que Piñera invocara la ley de seguridad de Estado. La población se ha sumado porque las condiciones de vida de la gente chilena no ha mejorado, y se ha llevado una disputa de obligaciones de Estado, mismo que ha beneficiado únicamente a las empresas privadas, tales como el metro.

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Si bien, la violencia en contra de jóvenes estudiantes viene desde hace meses, con el tema de Aula segura que permite el ingreso de carabineros a la escuela, sin embargo es ahora que ha recrudecido la violencia en contra de jóvenes y manifestantes.

El gobierno de Piñera, cedió al alza de precios del metro, pero declara toque de queda en Santiago.

Haití: independizarse de la presión neoliberal.

Desde septiembre, en Haití la gente ha tomado calles, se ha manifestado y ha exigido la renuncia del impopular e ilegítimo presidente Jovenel Moïse, quien se ha mantenido al servicio del FMI y del Banco Mundial. Además de continuar la línea política impuesta desde países como Estados Unidos, Canadá y Francia a través del su partido político PHTK.

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Las políticas neoliberales impuestas por estos países han llevado a la ruina al pueblo haitiano, lo que les ha obligado a realizar éxodos masivos, el crecimiento de delincuencia organizada, y trata de mujeres.

Como hemos visto y sabido, con graves violaciones a derechos humanos cometidas incluso por los cascos azules, que son las brigadas solidarias de la ONU.

Notas con violaciones de mujeres por miembros de estas brigadas, hasta el intercambio de comida a costa de violaciones.

Estas movilizaciones van desde agosto que hay una escasez de combustibles, y eso ha llevado a que exigir la renuncia de Moïse. El presidente dice que no lo hará, y para ello ha lanzado a las fuerzas de seguridad estatal a reprimir violentamente a las y los manifestantes.

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La escasez de combustibles se vio detonado por la falta de efectivo que mantiene Haití, a causa de la deuda externa. Sin embargo, el presidente Jovenel mantiene una riqueza obscena frente a la pobreza que se enfrenta el pueblo haitiano.

Movilizaciones: mujeres, juventudes y pueblos indígenas.

Las movilizaciones recientes han demostrado la fuerza que tiene la gente para exigir a las y los representantes populares que se tomen decisiones que beneficien la vida popular, y no que sólo beneficie a los intereses privados.

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Así pues, las movilizaciones de mujeres en México, Argentina y otras partes del mundo denuncian la violencia que día a día viven, misma que es ignorada y no resuelta por el gobierno de cada país. Los pueblos indígenas también se han visto obligados a movilizarse exigiendo se respeten sus formas de organización, sus territorios, su libertad a decidir. Y los movimientos de juventudes buscan transformar su entorno con miradas mucho más complejas, por ejemplo, con el tema del calentamiento global.

El asunto que parece importante mirar es la exigencia de estos grupos poblacionales por demandas muy simples que son ignoradas por los distintos niveles de gobierno, quienes hacen uso de prácticas criminalizadoras en contra de estas movilizaciones de por sí legítimas.

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¿Por qué los gobiernos no resuelven las necesidades de la gente? ¿Por qué impulsan discursos de paz cuando por detrás son ellos quienes reprimen a la gente que se moviliza? La gente no se manifiesta por puro gusto, sino que lo hace porque sus necesidades no están cubiertas.

La gente, el pueblo, no tiene una vida digna. No están cubiertas todas las necesidades de las cuales tiene que responsabilizarse el estado.

Sin embargo, corremos el riesgo de que haya gente que compre el discurso de que el estado no tiene que brindarnos todo. Sí, claro, pero hay obligaciones que no puede ignorar porque los impuestos siempre los cobran (al pueblo, nunca a las megaempresas), entonces esas obligaciones son:

Trabajo con sueldos dignos, con derechos laborales en donde prime la gente trabajadora no los empresarios; escuelas de calidad con un fuerte carácter humanista, con perspectiva de género y de clase, y no al servicio de los mercados internacionales; seguridad, no del tipo punitivo donde todo se quiere resolver con cárceles y matando delincuentes, sino con perspectiva humanista, que analice el por qué de los actuares y con un carácter restaurativo; salud, donde todas y todos puedan contar con un seguro vitalicio y universal que cubra sus demandas, sin estigmas, y con apuestas preventivas todo el tiempo; respetar las formas de organización de los pueblos indígenas.

Fb: @lamolochamx

No se pide nada exagerado, nada fuera de los cabales, sin embargo, parece ser que estos intereses se contraponen a los de los bancos internacionales, mismos que presionan a los gobiernos a ceder a favor de los grandes mercados internacionales, en vez de la gente de a pie, a quienes se deben.

Es así que hemos visto la fuerza de los movimientos para derogar decretos que no benefician a la gente, y es así, como debemos seguir. Porque cambiar las cosas está en nuestras manos, pero hay que salir a la calle a exigir. Que no nos vuelvan a decir que nada se resuelve protestando, porque América Latina ha ganado varias batallas protestando, exigiendo y no cediendo.