¿Quién controla la UNAM; Narro, Mancera o Lobo?

¿Quién se encarga de la Seguridad en la UNAM?

El batas.

En México no es común hablar de memoria desde los espacios “oficiales”, sin embargo es necesario tenerla presente para darnos cuenta de que “cuando despertamos, el dinosaurio seguía ahí”.

Después del ataque del 3 de septiembre del 2018, donde porros de la UNAM intentaron asesinar a jóvenes estudiantes de preparatorias y de facultades de la universidad de la nación, se presentó la destitución del “Jefe Cobra” Jesús Teófilo Licona Ferro, quien estaba al frente de Vigilancia UNAM. Mismo que desde 1999 había sido trabajador de confianza del entonces Rector Francisco Barnés de Castro, por el cuál inició la Huelga del 99 en la UNAM.

La razón de México

A Licona se le conoce por su labor de inteligencia al interior de la universidad al servicio de la UNAM y de las autoridades de la ahora Ciudad de México.

Teófilo Licona fue suspendido de sus actividades por el todavía Rector Enrique Graue, por "no actuar con forme sus obligaciones". Pues en diversos videos aparecía caminando a un costado de los agresores del 3 de septiembre. Pero parece que eso fue la excusa para deshacerse de él.

“El nombre de Edgar Humberto Bedoy Zamora se replica en distintos perfiles de Facebook y Twitter con la denuncia de que participó en las agresiones del 3 de septiembre frente a Rectoría, y que fue empleado del ayuntamiento de Naucalpan.”

(El Financiero)

Las apariencias engañan, y por supuesto que las decisiones del rector no son cosa menor, pues el “Jefe Cobra” operaba para Jaime Vázquez, perteneciente al grupo opositor al rector Enrique Graue.

Jaime Vázquez es ubicado como gente de Miguel Robles y a su vez de Javier de la Fuente secretario de Atención a la Comunidad (también expulsado de la UNAM para reestructurar el cuerpo de Vigilancia UNAM); así mismo responde a los intereses de Victor Hugo Lobo (actual diputado local por el PRD) y Eduardo Hernández Rojas (expulsado del PRD).

Estos últimos hombres, son gente cercana al ex-rector de la UNAM José Narro Robles. Interesante que a quienes hayan dado de baja a partir de los eventos del 3 de septiembre haya sido gente cercana al grupo opositor de Enrique Graue pero no a personajes señalados por su cercanía y control sobre grupos porriles.

El caso del director de los CCH's Benjamín Barajas, a pesar de haber sido señalado por estudiantes como principal operador de porros al interior de los planteles, no fue tocado de su puesto, sino que fue defendido por el rector.

Después de las agresiones a la comunidad estudiantil en CCH Azcapotzalco, Graue dijo de Benjamín Barajas: “está haciendo muy bien su trabajo”.

Es importante mencionar las acciones porriles llevadas a cabo en febrero del 2013, cuando un grupo porril llegó a las instalaciones de CCH Naucalpan durante una asamblea donde se decidía sobre una marcha de protesta por la expulsión de seis estudiantes activistas, esta agresión donde quemaron mobiliario y resultaron heridas cuatro personas fue durante la administración del director Benjamín Barajas.

“Las autoridades universitarias cuentan con expedientes de los integrantes de esos grupos, y no han hecho absolutamente nada por erradicarlos, los toleran, los promueven, su función fundamental es intimidar e impedir la organización estudiantil. Los vínculos de estos grupos con las autoridades escolares, partidos políticos y funcionarios de gobierno es por todos conocido.” Marxismo.mx

¿Por qué no destituir a Barajas, si parece ser que es quien controla el porrismo dentro de la UNAM?

La cronología del arribo de Benjamín Barajas para aplastar las exigencias de estudiantes del CCH Azcapotzalco.

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DGCS UNAM

-El 27 de agosto: estudiantes del CCH Azcapotzalco tomaron las oficinas del plantel e iniciaron un paro indefinido de labores, para exigir más aulas, fin del porrismo y un ambiente de seguridad, y protestaron por el retiro de los murales en la escuela.

-A las y los alumnos se sumaron familiares de manera casi inmediata.

-El 30 de agosto la directora del plantel, María Guadalupe Patricia Márquez Cárdenas, presentó su renuncia y asumió el cargo de manera directa Benjamín Barajas director general del sistema CCH.

-El domingo 2 de septiembre las autoridades del CCH informaron que Miranda Mendoza Flores, estudiante de 18 años del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Plantel Oriente, había sido asesinada (había desaparecido desde el 20 de agosto). Su cuerpo fue localizado en las inmediaciones del plantel Oriente.

-El lunes 3 de septiembre estudiantes del CCH Azcapotzalco marcharon del parque la Bombilla a la rectoría y sumaron a sus demandas la protesta por la muerte de su compañera del CCH Oriente.

-En la explanada de la rectoría, alrededor de las tres de tarde, fueron agredidos por los porros. Casi inmediatamente varias prepas y CCHs se sumaron al paro, lo mismo que las Facultades de Filosofía y letras y Ciencias Políticas y Sociales.

Algunas de las cavilaciones de un reportero son:

“La primera (y la más sencilla) es que las autoridades universitarias intentaron, mediante porros, evitar que creciera un conflicto en un plantel y se esparciera a otras escuelas, pero el problema se les salió de las manos.
Una segunda (pequeña pero posible) es que un grupo político (por ejemplo el que mantenía el cacicazgo en la delegación GAM, encabezado por Víctor Hugo Lobo) intentara demostrar que aún tiene fuerza a pesar de haber sido prácticamente aniquilado en las elecciones pasadas. El beneficio inmediato es que le permitiría negociar cuotas de poder con las nuevas autoridades capitalinas.” (Mexiconuevaera.com)

De qué le sirvió a la Universidad que el coordinador de Auxilio UNAM, Teófilo Licona tuviera tantos años en el cargo y estuviera conectado con el C-5, si no se toman medidas preventivas. ¿A caso no le avisaron que venían porros a golpear estudiantes? ¿A caso no le notificó al rector Graue lo que estaba por ocurrir? ¿Por qué el responsable de la seguridad en el campus está del lado de los golpeadores sólo observando, en lugar de detenerlos?

El secretario de Seguridad Pública, Raymundo Collins, no le avisó al jefe de Gobierno, José Ramón Amieva, que estaba en Palacio Nacional al igual que el rector Enrique Graue, escuchando el Informe del presidente Enrique Peña, para que tomaran medidas.

Entonces, ¿la omisión tanto de Collins como de Licona se debió a su incapacidad o tenían un acuerdo con los golpeadores a sueldo?

¿Quién está a cargo de la seguridad en la UNAM ahora?

leónylapolica.blogspot.com

Con la salida de Teófilo Licona llegó a suplirlo Mario Alberto Izazola, mano derecha de Miguel Ángel Mancera ahora senador de la república por el PRD.

Este hombre se desempeñó como jefe del Estado Mayor de la Policía Judicial durante el tiempo que Mancera fue Procurador de Justicia en el 2008.

Como bien apunta Federico Arreola en su columna en SDP, Mario Izazola está operando Vigilancia UNAM, dependencia que históricamente ha estado señalada por financiar grupos porriles. Y está bajo la dirección de un operador de Miguel Ángel Mancera, enemigo político de Claudia Sheinbaum. Casualidad, difícil de creer. Bueno, no tanto.

Después de separar del cargo a Teófilo Licona quien no era mano derecha de Enrique Graue, llega este hombre que pareciera ser el alfil necesario para negociar políticamente entre los grupos de poder al interior de la máxima casa de estudios, sin embargo, Mario Izazola tiene un historial prolijo en cuanto a violencia y abusos de poder.

Mario Alberto Izazola se hizo, políticamente hablando, de la mano del ex presidente del PRD en la CDMX, Raúl Flores. Su primera experiencia en la administración pública fue en la delegación Coyoacán por ahí del año 2000, cuando la actriz María Rojo encabezaba la demarcación sureña de la capital.

Después jugó un papel muy importante en el Metro, también en áreas de seguridad, desde donde tenía en sus manos la relación con los líderes de los comerciantes ambulantes y vagoneros de las entrañas del mencionado sistema de transporte.

A la llegada de Mancera a la PGJDF, después de que rodara la cabeza de Rodolfo Félix tras el fallido operativo del News Devine, Izazola fue nombrado como titular del poderosísimo Estado Mayor Policial, área que tenía a su cargo el aparato de inteligencia y la operación de la policía judicial.

Mario Alberto Izazola Álvarez, tiene un negro historial de abuso de autoridad y de complicidad en el uso excesivo de la fuerza por varios de sus subalternos durante su gestión como gerente de Seguridad Institucional del Metro capitalino, posición que lo convirtió en el "hombre fuerte" de este sistema de transporte y responsable del Grupo de Fuerza de Reacción (GFR). Varios elementos de la Gerencia de Seguridad a cargo de Izazola han estado implicados en por lo menos tres homicidios de usuarios, vendedores ambulantes y hasta mendigos, cometidos en las estaciones del Metro capitalino (Proceso 1584). Testimonios recabados por el reportero (Jenaro Villamil) -y otorgados bajo la condición del anonimato- revelan que desde la Gerencia de Seguridad Institucional Izazola Álvarez y sus cuatro coordinadores de área (Luis Enrique Villatoro, Roberto González Roldán, Ricardo Flores Chávez e Irving Barrera López) no sólo se dedicaron a "salvaguardar la integridad física de los usuarios" con métodos poco ortodoxos, sino que controlaron el comercio ambulante y a los vagoneros de la mayoría de las estaciones
Según esta información, se calcula que el negocio asciende a por lo menos 460 mil pesos mensuales por línea y por turno.
Según esta información, se calcula que el negocio asciende a por lo menos 460 mil pesos mensuales por línea y por turno.

Además de la muerte del transportista Albano Ramírez Santos, ocurrida tras una brutal golpiza en la estación del Metro Indios Verdes el 18 de enero de 2007, fue objeto de la recomendación 11/2007 de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF)

El organismo, encabezado por Emilio Álvarez Icaza, consideró que el caso de Ramírez Santos constituyó "una forma de ejecución extrajudicial, sumaria o arbitraria" en la que estuvieron involucrados no solamente los policías auxiliares que lo detuvieron, golpearon y trasladaron, sino también Luis Enrique Villatoro, entonces coordinador de Servicios Externos de Vigilancia del Metro y uno de los principales subordinados de Izazola.

A la llegada de Mancera a la Jefatura de Gobierno el señor Izazola fue nombrado director ejecutivo de Control de Proyectos, un área creada ex profeso para él, desde donde controlaba una pequeña área de inteligencia que le reportaba directamente al ex jefe de gobierno y actual senador de la República.

Después de un breve paso por la Subdirección de Seguridad del Poder Judicial de la Federación, Izazola consiguió el cargo de director ejecutivo de Seguridad Privada de la Secretaría de Seguridad Pública. Dependencia, hay que destacarlo, lógicamente relacionada con la normatividad y la relación del gobierno capitalino con las cuestionadas empresas de seguridad privada.

Antes de finalizar el sexenio mancerista, este “experto en seguridad y protección civil” —así es como se vende— regresó a un área de inteligencia a la propia dependencia de Seguridad Pública, la Dirección General de Análisis e Inteligencia Policíaca.

“Revisando las actividades de Izazola, podemos resumir que tiene relación con grupos de comerciantes de Coyoacán, organizaciones de vagoneros y ambulantes del Metro, pillos, policías judiciales, compañías de seguridad privada, además de contar con experiencia operando áreas de inteligencia. Ahora, como coordinador de seguridad de la UNAM, tiene en su cajón el listado de porros que desde hace muchos años provocan el caos en las distintas movilizaciones que se presentan en la CDMX.”

El Informador

Esta información fue filtrada de una reunión de Seguridad que mantenía Miguel Ángel Mancera como Jefe de Gobierno en donde se encontraba Mario Izazola que era Secretario de Seguridad y Héctor Serrano de la PGJ. Mario Izazola entregaba informes diarios de inteligencia de organizaciones y movimientos sociales e incluso de adversarios políticos, dígase diputados o jefes delegacionales.

¿Qués y para qués?

Esta investigación y recopilación de información no sirve nada más para su lectura, sino para identificar lo que está ocurriendo al interior de la UNAM, donde el aparato burocrático sigue estando enquistado en el medievo. Pues todas estas contrataciones de servidores de intereses particulares, demuestra que como estudiantes y trabajadores no existe una verdadera voz dentro de la institución, sino que se toman decisiones arbitrarias aún sobre los intereses y necesidades de la comunidad universitaria.

Además, permite tener un mapeo político para comprender el por qué hay personas pujando para la salida de agrupaciones estudiantiles y de trabajadores de los espacios organizativos dentro de la UNAM. Esto, mostrando que hay operadores políticos al interior de todas las facultades, preparatorias y CCH's, bajo los intereses de particulares, mostrándose como líderes estudiantiles “críticos”.

Es necesario, hacer un rastreo de las personalidades que han impulsado acciones que más que organizacionales son desestabilizadoras de la voluntad estudiantil, sobrepasando las asambleas, las juntas de trabajo y cualquier tipo de acuerdos desde la auténtica comunidad universitaria.

Desde siempre hemos sabido que los partidos políticos han pagado a gente para evitar la organización estudiantil, antes a través de la estructura porril que persiste hasta nuestros días a costa del erario público, ahora con métodos mucho menos obvios.

Nombres como Benjamín Barajas, o Mario Izazola han sabido operar con el rostro cubierto, haciendo uso del aparato porril de la UNAM para beneficio de gente en específico, como Enrique Graue o Miguel Ángel Mancera, respectivamente. Pero no sólo con porros, sino también con personalidades infiltradas que crecen de la nada, sin acciones políticas y con pura voluntad incendiaria.

Fb Asambleas poco nutridas

Tenemos entre manos una situación crítica, en el caso de Mario Izazola como un ejecutor extrajudicial, “Dedicado a áreas de protección civil, seguridad pública, investigación e inteligencia, tanto en el sector privado como público” como menciona su propio perfil de Linkedin.

Y en el caso de Benjamín Barajas a un operador a gran escala de grupos porriles a favor de la “supuesta estabilidad universitaria” a costa de atropellar los derechos humanos de quien sea que los exija. Como en el reciente caso del paro de CCH Sur, donde jóvenes encapuchados fueron a agredir físicamente a jóvenes que sostenían el paro en las instalaciones por el caso de violación a una alumna del colegio de ciencias y humanidades.

O el caso de Azcapotzalco el pasado 31 de octubre, donde un grupo porril agredió a estudiantes dentro del plantel después de ser acordado un paro de 72hrs, a pesar de encontrarse en las inmediaciones vigilancia UNAM. De nuevo, vemos cómo operan estas autoridades, reprimiendo la organización estudiantil a través de un ejercicio de violencia desenfrenada, y buscando poner en contra a la propia comunidad estudiantil.

Las pintas con mensajes de muerte a grupos organizados, las decisiones tomadas sin consultas estudiantiles, la negativa a dejar participar a trabajadores en asambleas estudiantiles, la tergiversación de asambleas interuniversitarias a favor de intereses de sectores limitados, la extensión de paros, la censura de las notas informativas autónomas, son la clara muestra de la acción de operadores políticos a favor de los intereses de la cúpula directiva de la antidemocrática universidad nacional.

Estamos frente a la necesidad de una reestructuración de la elección de rectores, pues es inaceptable que siga siendo a través de mecanismos nada transparentes y que no pase a través de la consulta estudiantil y de trabajadores, pues son quienes conforman la comunidad estudiantil. Y esto sólo puede ser a través de las claras exigencias populares, no a través de votaciones, sino de consensos, donde todas y todos quepamos, agrupaciones políticas, y personas autónomas.

Pues, lo único que queda claro, es que la UNAM es un espacio de disputa de facciones políticas en contra que no velan por el bien de la comunidad sino de quien puede manipular a jóvenes estudiantes para ponerles en contra de si mismos para evitar que critiquen la propia estructura. Quizá, puede ser que estemos despertando y podamos ver que dentro de nuestros centros de estudios hay quienes le operan a personas que no velan por el bien común, que pisotean la voluntad de la comunidad y generar discursos de odio para evitar ser criticados por la comunidad consciente.

Puede ser, que en la UNAM, estemos despertando.