Desaparecer en silencio; dónde está Mariela Vanessa




Fotografía intervenida por Melenanegra

La redacción 



Mariela Vanessa Díaz Valverde es una joven estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México, con apenas 21 años salió de su casa para no volver, han pasado dos años desde entonces. 

Su hogar se encuentra en la alcaldía Iztapalapa, la misma que la organización “Litigio Estratégico en Derechos Humanos (IDHEAS)” menciona que es la cuarta alcaldía más peligrosa para mujeres jóvenes, y la primera con mayor cantidad de casos de desaparición. 

Sin embargo, los datos aquí mencionados son hasta noviembre del 2019, hoy a pesar de que ya existe la “Comisión Nacional de Búsqueda”, impulsada por familiares de personas desaparecidas, sigue habiendo graves huecos en lo que va de la búsqueda de personas.

Esto dificulta la situación pues continúa habiendo vacíos legales y prácticos en lo que va de la búsqueda de personas, demostrando la poca capacitación que existe en las fiscalías especializadas y la reducida sensibilización para con las personas familiares de personas desaparecidas

Mariela Vanessa es estudiante de la carrera de Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras, espacio académico que ofreció dar un acompañamiento legal para la familia de la compañera, pero la realidad es que la Facultad, bajo la dirección de Jorge Enrique Linares, no ha dado el acompañamiento real a la familia de Mariela Vanessa. 

Enrique Graue, el rector de la UNAM también ofreció el apoyo jurídico pero al igual que en la Facultad se quedó en el discurso. 

Gabriela Díaz Valverde, es hermana de Mariela Vanessa y quien ha impulsado principalmente su búsqueda, porque la realidad es que nadie desaparece de la nada. Junto a Herminia, su madre, no han cesado los esfuerzos para que la joven estudiante regrese a su casa. 





       Conocí a Gaby en una de las movilizaciones. La había visto desde antes pero siempre a lo lejos, me daba vergüenza acercarme porque sabía que ni todas las palabras del mundo iban a compensar el dolor que significa que tu hermana se encuentre ausente. Cuando por fin me animé a saludarla, me sonrío y me abrazó. Me di cuenta que era una persona llena de luz, amable, risueña. Cuando recuerdo ese momento pienso que ese abrazo debería ser entre Mariela y Gaby.  Nadie debería buscar a Mariela porque nadie debería desaparecer. 



           ***

 Los mecanismos institucionales son los que han entorpecido las labores de búsqueda. Fue hasta después de dos semanas de que Mariela no regresó a casa que la Procuraduría de la Ciudad de México inició las labores de búsqueda de la joven. 

A pesar de las exigencias de la propia familia que incluso todavía tenían señal del teléfono celular de Mariela, mismo que según el GPS se encontraba en el Cerro de la Estrella en Iztapalapa. La situación de un país que adolece de jóvenes que son sustraídas y sustraídos de sus entornos con distintos fines se convierten en graves violaciones de derechos humanos, porque es el gobierno quien debería garantizar la seguridad de todas y de todos. 

Este tipo de situaciones se agravan cuando además, son las propias personas encargadas de hacer las labores de búsqueda e investigación, quienes reafirman la incapacidad e ineptitud de las y los responsables de la seguridad. 

El ejemplo del celular de Mariela, el inicio de las investigaciones dos semanas después, el hacinamiento de las alcaldías, la sociedad empobrecida, una estructura machista enquistada en la población, son los mecanismos que refuerzan que mujeres jóvenes sean las principales víctimas de desaparición. 

Si bien, ya hay trabajos de colectivos , investigadores e investigadoras sobre células delictivas que operan, por ejemplo en el caso de la Alcaldía Iztapalapa, con el fin de sustraer a mujeres de sus entornos, es la misma estructura judicial la que permite que esto ocurra, filtrándose las ganancias sobre los cuerpos de las personas, hacia policías de investigación, fiscales, etc. 

Sin embargo, que la estructura se encuentre tan incapacitada y corrompida no ha impedido que colectivos de búsqueda de personas desaparecidas siga operando, mapeando y exigiendo el debido actuar de las personas que deben cumplir con esa labor.


Manifestación por la exigencia de la aparición con vida de Mariela Vanessa. Fotografía de La Molocha



        A Mariela Vanessa no la conocí hasta que vi su rostro en uno de los carteles que habían hecho algunos compañerxs, convocando a una protesta en el bunker. Después se organizó una jornada de lucha por Mariela, una marcha a rectoría, una concentración, pegas de carteles con su rostro. Queríamos poner su rostro en todas las paredes, pintar su nombre en cada espacio, algunas y algunos nos esmeramos en gritar y gritar su nombre con la esperanza de que así regresaría a casa.

       Durante esa jornada de lucha me di cuenta que la mayoría de quienes participamos no habíamos conocido a Mariela, sin embargo, todxs sentíamos el hueco que se había formado con su ausencia, cada unx de nosotrxs se grabó su rostro con la esperanza de encontrarla. 

A Mariela Vanessa la hemos buscado personas que no pertenecemos al aparato judicial, su nombre no deja de resonar en los espacios de denuncia, de violaciones de derechos humanos, de mujeres alzando la voz contra la violencia patriarcal. 

A Mariela Vanessa la busca su madre, su hermana, sus compañeras y compañeros de la facultad, la gente que sabe que esta realidad tiene que cambiar, y que vamos a cambiar. 

Porque el color de la sangre jamás se olvida...

Mariela Vanessa se hace indispensable, presentación con vida y castigo a los responsables.

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