Al diablo con sus instituciones
Germán Valdez Quizá la mejor manera de iniciar esta columna es evocando el momento histórico donde Andrés Manuel López Obrador (AMLO) enuncia su ya famosa frase “¡al diablo con sus instituciones!”, en un contexto que se vivió posterior a la fraudulenta elección de 2006, donde Felipe Calderón asume como Presidente espurio. La frase se enuncia conglomerado ante miles de simpatizantes, el entonces candidato presidencial de la coalición “Por el bien de todos” que era integrada por el PRD, PT y Convergencia (Ahora Movimiento Ciudadano), denunciaba el actuar del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), donde se declaraba ganador a Calderón por encima de AMLO, con una diferencia de 0.56% y en un entorno plagado de irregularidades. A quince años de distancia, el TEPJF ha sufrido dos reformas que le dotaron de mayores elementos para su actuación, las reformas del 2007 y 2014, pero el actuar del órgano, ha dejado mucho que desear ya que más que fungir como árbitro, se ha