La revolución que necesita la CDMX II: Retomar la senda progresista.


Continuando con la narración de la historia política reciente de la Ciudad de México y retomando el inicio del sexenio de Miguel Ángel Mancera Espinosa.



Mancera inició su sexenio con una gran aceptación, pero también sería el inicio del fin del PRDismo y el inicio del ascenso del MORENA. Mancera continuó con la línea progresista de su antecesor, pero con la gran diferencia que, como históricamente se había dado, Mancera empezó a negociar y ceder el control político de la Ciudad al Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, lo que a las personas habitantes de la capital no agradó, sumado al despedazamiento de las tribus PRDistas y la ausencia del liderazgo político de AMLO, que iniciaría la formación del MORENA como partido político con registro legal.



Mancera fue quien consolidó y propició la aceleración de la Reforma Política de la Ciudad de México, para que dejara de ser un Distrito Federal y tuviera un trato similar al de un Estado de la República, dotándole de un nombre, Constitución Política propia y autonomía en las designaciones del Gabinete del Ejecutivo Local. Uno de los aciertos de MAME fue mantener cerca y en la nómina a liderazgos de trayectoria proba de la izquierda, como Cárdenas, Encinas, Patricia Mercado (siendo ésta su Secretaria de Gobierno casi la mitad de su sexenio), entre otras figuras.

A pesar de su cercanía con el oficialismo Presidencial, seguían manteniendo ciertas distancias en planteamientos progresistas, siendo el primer titular de un gobierno local en promover e incentivar la discusión seria, respecto al aumento del Salario Mínimo en México.

Mancera representó un retroceso en temas de protesta social, generando rupturas con los tradicionales sectores de la izquierda, como organizaciones estudiantiles, obreras y sindicales, además de múltiples acusaciones de corrupción, siendo uno de los peor evaluados al final de su gestión como Jefe de Gobierno.

Foto de Germán Valdez


Por sus responsabilidades políticas y partidistas, Mancera dejó el gobierno para ser candidato plurinominal al Senado de la República por el PRD, un partido ya sin base social y en franco proceso de desaparición. MAME designa a José Ramón Amieva como Secretario de Gobierno, para así ser nombrado posteriormente Jefe de Gobierno Interino, esto pasaría a partir del 29 de marzo del 2018.

El doctor José Ramón Amieva Gálvez duró menos de un año en el gobierno, pero a diferencia de Mancera, ya no tenía tan marcados los rencores del ex Jefe de Gobierno y permitió una transición tersa, siendo quizá la acción más relevante, cuando por sus instrucciones se retiraron todas las placas del Metro de la CDMX que contuvieran el nombre del ex Presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz.

Foto del Siglo de Torreón


El 5 de diciembre de 2018, iniciaría una nueva etapa política en la ya existente Ciudad de México (CDMX), asumiendo la titularidad y por primera vez mediante voto popular, una mujer; En segundo término, por primera vez el PRD no era el partido del que emanaba la persona titular del Gobierno de la Ciudad de México (GCDMX [Antes del Distrito Federal (GDF)]); También suponía la ruptura de la hegemonía del mismo grupo político, que antes convergía en el PRD, pero ahora muchos de esos liderazgos se habían consolidado en MORENA y ya no había un espacio de negociación entre las ex tribus PRDistas y por último, el grupo político y partido, del que emanaba la persona titular de la Jefatura de Gobierno y la de la Presidencia de México, eran idénticos.

Con muchas expectativas y en medio de una ola de triunfos electorales, llega al poder la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, que su historia viene del activismo académico en la UNAM, funcionaria del sexenio de AMLO y cercana a grupos de poder político y económico, en parte por su origen judío.

A diferencia de los primeros gobiernos de izquierda, este era una especie de frente electoral, que, a pesar de ser todas las personas del mismo partido, su transición se dio en un período menor a 2 años, llevando al poder no sólo a los lideres de izquierda “históricos”, también llevó al poder a gente que antes militaba en partidos de derecha, pero que eran necesarios para obtener un arrasador triunfo electoral.

Foto de elección Mx


La política social de Sheinbaum se caracterizó por universalizar lo que todos sus antecesores crearon, les dio un nuevo enfoque a temas de movilidad y se ha valido muchísimo de una retórica que se apropia y reivindica a las izquierdas históricas, siendo no necesariamente “heredera” de estas y menos el grupo con el que llega a gobernar, tales como Mariana Boy, Fadlala Akabani, Paola Félix Díaz, entre otros.

Si bien el sexenio de Sheinbaum, no ha propuesto una agenda verdaderamente disruptiva en la agenda nacional, sí ha mantenido la vigencia de la izquierda política, aunque en cuestiones técnicas se ha menoscabado la autonomía de la CDMX, ya que al tener el mismo origen político el Presidente y la Jefa de Gobierno, ya no se dan las disputas reales por mantener y crecer el presupuesto real de la CDMX, como en sexenios anteriores, llegando a acciones de retrocesos como la desaparición del fondo de capitalidad.

La mitad de su gestión se caracterizó por priorizar la promoción de su figura política, ya que el Presidente de México la enunció en varias ocasiones para sucederlo, lo que la llevó a iniciar campañas y recorridos para promocionarse, algo que jamás había sucedido con sus antecesores.

Finalmente, para poder satisfacer sus aspiraciones políticas, dimitió el 16 de junio de 2023, siendo nombrado interino su Secretario de Gobierno, Martí Batres Guadarrama.

Foto de Capital 21


Batres lleva casi 3 meses de titularidad, pero no ha destacado por acciones relevantes, quizá sólo por sus informes mensuales que son un proceso de promoción personal.

A lo largo de estas líneas, hemos recorrido la historia reciente de las personas gobernantes de la CDMX, con sus pormenores, pero sin duda, haría falta algo más que un pequeño artículo para profundizar cada uno.

He decidido narrar esta historia, para dar exposición al talante progresista y disruptivo que ha caracterizado al GCDMX, pero que quizá en la última década se ha visto mermado y en declive, lo cual es multifactorial, ya que no sólo han llegado perfiles no emanados de la lucha social, si no que los grupos que en los 80´s y 90´s pudieron llegar a ser disruptivos y/o contestatarios al poder establecido, se fueron institucionalizando, quizá convirtiéndose en peores representaciones de lo que combatieron, como René Bejarano y Jesús Zambrano.

De igual forma, percibo una ralentización de las discusiones de la progresía y en particular de los derechos sociales y económicos, esto se traduce en su equivalente en acciones de gobierno y políticas públicas. Hoy día la CDMX ya no es referente de progresismo nacional y menos de un modelo de gobierno que garantice todos los derechos, a todas las personas o que permita la eliminación o cuando menos, reducción de las desigualdades sistémicas del sistema-mundo capitalista.

Foto de Revista Qué leer


Consideré prudente plantear lo anterior, ya que en los meses próximos conoceremos a las personas que deseen gobernar la Ciudad de México y no me queda duda que ninguna fuerza regresiva debe gobernar la capital y en las fuerzas políticas electorales que pueden plantear una candidatura como la describo anteriormente, sólo están el MORENA, PT y Movimiento Ciudadano, pero lamentablemente, ninguno de los 3 partidos políticos ha planteado candidaturas serias.

Foto de W Radio


Por el lado de MORENA, se ha planteado a perfiles como Clara Brugada que lleva casi una década gobernando Iztapalapa, mediante prácticas antidemocráticas y que gracias a ella conocemos el término "candidato Juanito", que no ha resuelto temas tan urgentes como el de los asentamientos irregulares y no ha podido ni aminorar el alarmante problema del agua para sus habitantes y que además ha beneficiado a su familia para ocupar cargos en el GCDMX, como lo es Ernesto Brugada.





Foto de El Universal

Por otro, el PT, que no ha planteado una candidatura propia, quizá la figura más loable, sería Fernández Noroña, que, en su ambición por escalar en el poder, se asoció a los actores políticos más oscuros de la capital y que él mismo criticaba, tales como el troglodita y mafioso Mauricio Toledo.




Foto de Comunicación Social Cámara de Diputados

Y por su parte, Movimiento Ciudadano, le ha apostado al perfil de un tecnócrata como Salomón Chertorivski, con sentido social (a pesar de la contradicción que ello pueda parecer), que es emanado del privilegio y las clases económicas acomodadas, pero que se ha caracterizado por pasar por el gabinete del peor Presidente del siglo XXI en México y del peor Jefe de Gobierno de la misma época, alguien que nunca ha hecho planteamientos disruptivos y que sólo ha adquirido la franquicia de MC, aprovechando las fisuras internas del partido, para encumbrar en sus filas a los peores liderazgos políticos del PRD y que además, no representan nada electoralmente.

Foto de Tercera Vía


Hoy la CDMX y sus habitantes, debemos plantearnos una persona idónea, para retomar la senda progresista y con un amplio enfoque social, un perfil disruptivo y además joven, ya que la generación joven de los 90´s, hoy son perfiles más cercanos a los 50 años y que se disocian de las juventudes. Necesitamos retomar los planteamientos más radicales de la izquierda que permitan garantizar la eliminación de las muy profundas desigualdades sistémicas.

Ningún partido o fuerza electoral independiente, se está tomando en serio la pertinencia de este planteamiento, lo cual es grave, ya que, en el 2024, nos estaremos jugando una regresión y nueva corporativización de la capital o podemos apostarle a un nuevo liderazgo, que represente lo que desde hace una década la Ciudad, no ha vivido.

Necesitamos una revolución de los perfiles políticos de la Ciudad, necesitamos una nueva visión de futuro, que incluya a todas, todos, todes y que entienda la grandeza de nuestra capital, que permita cimentar un lugar donde todas las personas vivan con libertad y plena fraternidad, que la comida o vivienda, no sean jamás una preocupación y donde como diría Gabriel García Márquez, sea posible “emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra”.[i]



[i] La soledad de América Latina, discurso de recepción del Premio Nobel en 1982 por parte de Gabriel García Márquez.


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