Lo tibio de ser "revolucionario"
Recientemente
he notado el aumento de los perfiles políticos “subversivos”, “outsiders” o atrevidamente
nombrados “revolucionarios”, casi siempre atribuidos así por ellos mismos y
coinciden además con un amplio protagonismo. Bien dice el dicho “Alabanza en
boca propia, es vituperio”.
Fuente: Linotipia |
¿A
qué se debe el aumento de estas narrativas y perfiles? Creo que obedece a un
momento histórico que rechaza abruptamente a la lógica de la política y políticos,
tradicionales, que además enuncia lo que hace 30 años se consideraba subversivo,
también va de la mano de un proceso de institucionalización de las causas progresistas
de hace 10 o 15 años y que hoy más bien son pendientes legislativos, pero que
en términos reales no tienen ya nada de disruptivos.
En
la generalidad estos perfiles “subversivos” tienden a serlo sólo en función de cámaras
o transmisiones en vivo, pero no sólo ello, eluden las discusiones de fondo y se
ensalzan solamente en causas que en realidad no trastocan los cimientos de las
desigualdades y menos rozan a las élites, de las que generalmente forman parte.
Lo que puede resultar más molesto de estos grupos es que enunciativamente son
la vanguardia de la progresía, pero en sus formas emulan las más rancias fórmulas
de organización o enquistan las lógicas del poder de más de 70 años.
Se
nos seguirán ofertando perfiles “revolucionarios”, pero lo más revolucionario
será ser congruente con lo que pregonamos y accionamos; no dejemos de señalar
la profunda farsa que representan estos perfiles, generalmente jóvenes y emanados
de varios tipos de privilegios, pero que resultan dóciles borregos a los
poderes facticos que les benefician o de los que emanan, algunos de ellos llamados
“nepo babys” y que sumado a lo anterior, se sienten los únicos perfiles capaces
de ser quienes asuman el liderazgo de cualquier cosa, por más ínfima que sea,
desde firmar un pronunciamiento, ser quién de una declaración pública en medios
o hasta ocupar el 1 en una lista de diputaciones plurinominales.
Fuente: 24 hrs Mx |
Hoy
considero prudente hacer un llamado a que evaluemos de manera integral a los
perfiles políticos que se nos presentan, no sólo evaluar sus eslóganes, sus
pautas en Facebook o sus bonitos vídeos producidos por grandes consultores de
imagen, llamo a que evaluamos sus trayectorias, sus acciones políticas/legislativas/activismo
o lo que en general represente su andar en lo que he nombrado política y que
sencillamente les conozcamos, ya que hay perfiles que se jactan de ser
profundamente horizontales y son los primeros en actuar sectarios, en acciones
tan mínimas como saludar.
Fuente: Cuenta de Tik Tok @alamillo_g |
En
este punto he llegado a considerar que lo más (verdaderamente) revolucionario,
es la verdad, ya que como diría mi amiga Dalia D. Lara, “La verdad es militante”.
¿Y a qué me refiero cuando hablo de la verdad? Sencillo, reconocer nuestras
identidades ideológicas, desde su verdadera posición, nombrar abiertamente que
se es de izquierda o derecha, acomodaticio o simplemente rebelde, ya que ello
implica reconocer nuestras diferencias o coincidencias y a partir de ello
generar praxis política.
Fuente: Fundación Centro Histórico |
Y
a las personas que pretenden militar la verdad, les conmino, nos conmino, a que
busquemos ser congruentes, incluso reconociendo y explicando las incongruencias
que podamos llegar a tener. A que le apostemos en los hechos a la construcción de
formas alternativas de organización, a bajarle a los protagonismos y a subirle
a la responsabilidad y compromiso de lo que implica militar las causas.
Batallar contra las formas heredades que tenemos de relacionarnos (y no sólo en
lo político), no es tarea menor, pero reconocer que podemos andar ese sendero
es un gran avance e implica reconocer nuestras prácticas heredadas y no
necesariamente diferentes a lo tradicional.
Sin
duda la verdad es militante y por ello les invito a militar.
Comentarios
Publicar un comentario